La primera árbitro mujer de una pelea masculina de boxeo nacional con
título en juego analizó su tarea en el duelo pesado del viernes entre Moli y Zárate. “Me quedé muy conforme porque me respetaron mucho y pude hacer un buen
papel“, manifestó la salteña de 28 años, en diálogo exclusivo con tycsports.com.
En la pelea del viernes
entre Fabio Moli y Ezequiel Zárate en
Salta, hubo una mujer que hizo historia en el boxeo. Se trata de Romina Arroyo, quien fue designada como
árbitro del choque de pesados que finalmente la Mole ganó por nocaut técnico en el octavo round. La salteña, de 28 años, se convirtió en la
primera mujer que arbitra un duelo nacional entre hombres con título en juego.
“La
repercusión fue mucha porque era una pelea de pesos pesados. Era difícil ver a
una mujer separar dos hombres tan grandes. Estar arriba del ring con esos dos
boxeadores causó sorpresa. Fue un desafío para mí porque nunca había dirigido
una pelea de pesos pesados. Traté de estar tranquila, con responsabilidad y por
detrás del objetivo que es que lograr un buen espectáculo y cuidar la salud de
los boxeadores. Y fue importante que la pelea haya sido en Salta, en mi lugar y
ante mi gente“, manifestó Arroyo, en diálogo exclusivo con tycsports.com.
A la hora de recordar
el combate en el estadio Delmi, la licenciada en Comunicación reveló el
buen trato que tuvieron los pugilistas con ella: “Me respetaron desde la conferencia de prensa hasta que terminó la
pelea. A Moli lo conocía mucho más porque está en el ambiente desde hace mucho
y mi padre había sido juez en un duelo con Marcelo Domínguez. Me dijeron cosas
comunes como a todos los árbitros. Sólo se quejaron de faltas del rival y esas
cosas“.
“Cuando
subí al ring, muchos se asustaron porque era una mujer para manejar una pelea
con dos tipos tan grandes. Más que nada porque era mujer, ya que a veces hay
árbitros pequeños y es lo mismo. La pelea fue difícil y complicada, pero sabía
que se iba a plantear así. Hubo muchos amarres, por lo que estuve muy activa.
Es un arte saber separar a los boxeadores“, agregó Arroyo, quien se declara una amante del
boxeo y agradeció el apoyo para Osvaldo
Bisbal (el presidente de la
Federación Argentina de Boxeo), Humberto
Rajal (titular de la Comisión
Municipal de Salta), la Asociación
Mundial de Boxeo (AMB) y la Organización
(OMB).
Consciente de que está
haciendo historia, la norteña se emocionó al recordar que estuvo muy cerca de
dejar la actividad por falta de apoyo. “Me
sensibilicé mucho al saber que estaba logrando algo histórico. Esto era un
hobbie y se convirtió en una profesión. Todavía no proceso todo lo que me pasó.
El tema es disfrutar de todo esto, porque fue un camino complicado. Había
dejado por las trabas, ya que no me designaban. Fue feo pasar por eso y dije
que esto no era mí, pero luego todo cambió“, confesó.
“Soy joven aún y tengo muchísimo para
aprender, pero quiero que sigan confiando en mí. El apoyo de la gente es clave
para darme fuerzas. Amo el boxeo, amo dirigir desde una pelea municipal hasta
una por título del mundo. Arbitré peleas de damas y hombres por todo el mundo, algo
que nunca había soñado. Así que no puedo hablar de más sueños, porque todo lo
que me pasó era inimaginable. Quizás sí me gustaría que haya más árbitros
mujeres de boxeo“, concluyó Arroyo, llena de algarabía.
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