jueves, 14 de junio de 2012

Romina Arroyo: “Cuando subí al ring, muchos se asustaron…”


La primera árbitro mujer de una pelea masculina de boxeo nacional con título en juego analizó su tarea en el duelo pesado del viernes entre Moli y Zárate. “Me quedé muy conforme porque me respetaron mucho y pude hacer un buen papel“, manifestó la salteña de 28 años, en diálogo exclusivo con tycsports.com.

En la pelea del viernes entre Fabio Moli y Ezequiel Zárate en Salta, hubo una mujer que hizo historia en el boxeo. Se trata de Romina Arroyo, quien fue designada como árbitro del choque de pesados que finalmente la Mole ganó por nocaut técnico en el octavo round. La salteña, de 28 años, se convirtió en la primera mujer que arbitra un duelo nacional entre hombres con título en juego.

“La repercusión fue mucha porque era una pelea de pesos pesados. Era difícil ver a una mujer separar dos hombres tan grandes. Estar arriba del ring con esos dos boxeadores causó sorpresa. Fue un desafío para mí porque nunca había dirigido una pelea de pesos pesados. Traté de estar tranquila, con responsabilidad y por detrás del objetivo que es que lograr un buen espectáculo y cuidar la salud de los boxeadores. Y fue importante que la pelea haya sido en Salta, en mi lugar y ante mi gente“, manifestó Arroyo, en diálogo exclusivo con tycsports.com.

A la hora de recordar el combate en el estadio Delmi, la licenciada en Comunicación reveló el buen trato que tuvieron los pugilistas con ella: “Me respetaron desde la conferencia de prensa hasta que terminó la pelea. A Moli lo conocía mucho más porque está en el ambiente desde hace mucho y mi padre había sido juez en un duelo con Marcelo Domínguez. Me dijeron cosas comunes como a todos los árbitros. Sólo se quejaron de faltas del rival y esas cosas“.

“Cuando subí al ring, muchos se asustaron porque era una mujer para manejar una pelea con dos tipos tan grandes. Más que nada porque era mujer, ya que a veces hay árbitros pequeños y es lo mismo. La pelea fue difícil y complicada, pero sabía que se iba a plantear así. Hubo muchos amarres, por lo que estuve muy activa. Es un arte saber separar a los boxeadores“, agregó Arroyo, quien se declara una amante del boxeo y agradeció el apoyo para Osvaldo Bisbal (el presidente de la Federación Argentina de Boxeo), Humberto Rajal (titular de la Comisión Municipal de Salta), la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y la Organización (OMB).

Consciente de que está haciendo historia, la norteña se emocionó al recordar que estuvo muy cerca de dejar la actividad por falta de apoyo. “Me sensibilicé mucho al saber que estaba logrando algo histórico. Esto era un hobbie y se convirtió en una profesión. Todavía no proceso todo lo que me pasó. El tema es disfrutar de todo esto, porque fue un camino complicado. Había dejado por las trabas, ya que no me designaban. Fue feo pasar por eso y dije que esto no era mí, pero luego todo cambió“, confesó.



 “Soy joven aún y tengo muchísimo para aprender, pero quiero que sigan confiando en mí. El apoyo de la gente es clave para darme fuerzas. Amo el boxeo, amo dirigir desde una pelea municipal hasta una por título del mundo. Arbitré peleas de damas y hombres por todo el mundo, algo que nunca había soñado. Así que no puedo hablar de más sueños, porque todo lo que me pasó era inimaginable. Quizás sí me gustaría que haya más árbitros mujeres de boxeo“, concluyó Arroyo, llena de algarabía.

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