La Tuti cayó por puntos en 10 rounds en fallo unánime ante la púgil
local, a quien ya había vencido en nuestro país con claridad. Hubo algunas
irregularidades. La argentina no pudo volverse con el título plata minimosca
del CMB.
Y a explicará en la intimidad la bonaerense Yésica
"La Tuti" Bopp (¿el peso?) por qué y por cuántas razones fue a
arriesgar tan estúpidamente su invicto -y prestigio- al estadio Ecatepec de
México DF, donde el sábado por la noche cayó por puntos el 10 vueltas frente a
la local Jessica "Kika" Chávez (¿peso?), una rival a la que ya
había vencido con claridad aquí, que poseía el título plata minimosca del
CMB que finalmente expuso se dudó hasta último momento-, con más para
perder que para ganar porque una victoria no le hubiese aportado ningún lauro,
más que los dólares que se haya traído.
La
Tuti no arriesgó sus cetros AMB y OMB de los 49 kg, pero, en lo más parecido
a una farsa que se recuerde a estos niveles -sin ganarse tal calificación
porque ya el boxeo femenino lo es de por sí-, se quedó sin el de plata que fue
a buscar, aunque a tales efectos no se sabe a ciencia cierta si ambas dieron
minimosca o mosca, porque a propósito ¡no se leyeron los pesos oficialmente!
Se
supo extraoficialmente que ambas dieron 49,100 kg, es decir, pasadas 100 gr,
pero igual estuvo en juego el minimosca (tope en 49), cosa que sí se leyó. Fue
un pacto entre ellas para, por un lado, proteger las coronas de Bopp y que no
se las saquen ante una eventual derrota. Y por otro, para que el CMB hiciera
una excepción y diera una tolerancia de 100 gramos para sancionar el combate,
habida cuenta que ambas pesaron lo mismo. De allí la farsa reglamentaria con
que se maneja el boxeo femenino, que no ocurriría en el masculino (por ahora).
BOPP, FLOJÍSIMA
La pelea en sí fue horripilante, una de las peores performances de Bopp en su
carrera, imprecisa y discontinua, aunque superior a Kika, que tampoco la
encontraba mucho. Se pegaron más en la nuca que en la cara, los clinchs fueron
el cierre de cada ataque, y así transcurrió un bodrio imposible donde pese a todo
Bopp prevaleció por velocidad y un poco más de aciertos (1º, 2º, 4º, 5º, 9º y
10º).
Cada
cuatro rounds leían los parciales y le iban anticipando a La Tuti que la
estaban robando, como desquite de Orucuta-Narvaes. Y descaradamente, leyeron el
fallo sin los nombres de los jueces, a quienes llamaron 1, 2 y 3: 97-93 dos de
ellos y 96-95 (dos mexicanos y un yanqui). Este medio tenía 96-94 para Bopp.
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