viernes, 16 de agosto de 2013

Recalculando

¿Marcha atrás? ¿Borrón y cuenta nueva? La posible pelea Tigresa Acuña-Locomotora Oliveras, de hacerse, sería en condiciones totalmente diferentes a las anunciadas a priori. Ofertas y contraofertas, tira y aflojes, versiones cruzadas y luchas de egos comienzan a rodear el duelo más duro: el de abajo del ring.

 
La anterior columna (Farsantes) generó reacciones desde varios ámbitos, algunos queriendo correrse de la situación con el viejo recurso de desacreditar al mensajero. Y si bien las críticas eran hacia la poco confiable escena de la licitación Acuña-Oliveras en general -sin destinatario específico-, tal como reza el dicho, quien primero cacarea, suele ser el que puso el huevo.
 
Partamos de una aclaración: "mentir" -según su significado etimológico-, es decir algo distinto a lo que se sabe o piensa.
 
De modo tal que si alguien repite una información oficial, clasificada como veraz por partir de la propia fuente con esa supuesta intención, jamás está mintiendo, aunque tal info sea falsa, o una verdad a medias (lo cual sí, constituye mentira). Pero en todo caso, quien miente no es el que la arrastra, sino el que la origina.
 
El promotor Mario Margossián, que fue quien ganó la licitación con 20.000 dólares -de los cuales 5000 irían para la Tigresa y 15.000 para la Oliveras-, lo informó a través de una gacetilla de prensa con membrete de su empresa, pero extrañamente, luego calificó de falaz su propia información, aunque acusó de ello a parte de la prensa.
 
Envió un mail a algunos periodistas, quejándose de "habladurías y ¡falacias! de algunos comunicadores que tratan de confundir la realidad" (¿?).
 
Aprovechó entonces para aclarar que además de los 5000 U$ que le corresponden a la Tigresa por la  licitación, le ofreció $ 150.000 en concepto de "derecho de imagen" (por sponsorización para todo tipo de medios de comunicación).
 
Pero hete aquí que esto lo dio a conocer recién ahora, ya que en su momento lo mantuvo en reserva, o no se había concretado. Y cabe precisar que el agregado mejora la entidad de su oferta y corrige su propia e incompleta información oficial, no la de ningún comunicador.
 
Adjunta además el contrato y mail que le envió a la propia Tigresa –material todo que obra en nuestro poder- después de una trunca comunicación telefónica con su marido Ramón Chaparro, donde –según cuenta Margossián-, éste le cortó, cosa que Chaparro admite, pero a raíz de una irrespetuosa respuesta del promotor.
 
En dicho mail le avisa de la suma que "puede ofrecerle", para pelear el 11 de octubre en el Orfeo de Córdoba, y le manda el contrato para que firme con urgencia para enviar a la OMB, ya que la Locomotora aceptó los 15.000 U$, es decir, menos que la retadora, siendo ella la campeona. ¿Cierra, o es otra "verdad a medias"?
 
Con tal predisposición, va de suyo que no hubo clima para negociar nada, cosa que de por sí hubiese sido raro, después de que la formoseña se arregló con su mánager Osvaldo Rivero, tras pelearse por una situación similar.
 
Ahora bien, ¿a Rivero le interesa hacerla? Porque de lo contrario, la negociación carece de sentido, dado que tal rechazo huele a que no fue a la oferta, ni a la pelea, sino al promotor. Y que a la Tigresa realmente le cabe enfrentar a la Oliveras, por lo que sería un desperdicio no aprovechar las pocas buenas propuestas que hay en el país. ¿Y entonces?
 
Nadie está obligado a contar lo que no desea, pero eso da lugar a especulaciones que a veces concuerdan con la realidad, otras no (casi siempre, aunque no se lo reconozca).
 
Tampoco hay obligación reglamentaria de avisar a la prensa sobre licitaciones. Sólo se supone que si algo interesa, se difunde por esa vía, y si no, es porque impera el desinterés. Uno apenas interpreta actitudes.
 
Pero he aquí lo importante: desde la OMB, el presidente de Comité de Campeonatos, Luis Batista Salas, envió un comunicado a la Tigresa diciéndole que "si en el término de 5 días no firma el contrato correspondiente con el promotor que obtuvo la licitación, perderá su condición de retadora obligatoria", con lo cual, calculamos que -de respetarse la letra- la formoseña a esta altura ya dejó de serlo.
 
¿Conclusión? Podrían pelear igual, pero como defensa optativa, bajo otros términos y condiciones económicas. Sería mofarse de las reglas abusando de sus debilidades, pero en boxeo –en especial el femenino- el fin suele justificar los medios.
 
Salvo que en la OMB haya alguna cláusula que impida que una retadora obligada pelee durante un tiempo por su título en caso de desistir de una subasta adjudicada. Tema a tratar en la Convención Anual de Budapest que se avecina, del 26 al 31 del corriente.
 
Y si no, ya aparecerá algún otro título de algún otro organismo, que siempre están a la orden del día.

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