martes, 4 de septiembre de 2012

La localía de adentro duele el doble


Mientras en todos los deportes la tecnología está eliminando el grado de error, en el boxeo persiste el problema de los fallos localistas, como una epidemia sin solución.

Los fallos localistas molestan siempre, pero más aún cuando acontecen dentro del propio país.

Sucedió toda la vida, y alevosamente, dando origen a frases como “si ganas por KO te dan empate”, pero al no ser televisados no se enteraba nadie, y al damnificado, por más que contara sus desdichas, se lo tomaba con pinzas porque él tampoco era neutral, y comúnmente siente que lo robaron.

Pero la cosa cambia cuando lo ve todo el país por TV, y peor, cuando hasta se avala sin querer desde los medios.

Sin tratarse de fallos escandalosos sucedió dos veces este “finde” en peleas de semifondo, en sendas veladas televisadas, y conviene no dejar pasar. Fue el viernes por la TV Pública, y el sábado por TyC Sports.

En la primera, con Juan José “Lagartija” Días vs Juan Bonanni, en José C Paz, y en la segunda, con Carolina “Chapita” Gutiérrez vs Anahí Salles, en Córdoba. Ambas fueron empates, cuando debieron ganar los visitantes (Bonanni y Salles).

En el primer caso, Días es púgil de Alberto Zacarías, organizador de la velada, protestón consuetudinario de fallos contra sus púgiles, a veces con razón, la mayoría sin. Pero cuando organiza él, lejos está de dar el ejemplo. Y tiene antecedentes desde la época en que vivía su padre, el Gran Santos Zacarías, cuando en una pelea amateur de una velada que organizó Santos en Guernica -donde peleaba de fondo Látigo Coggi-, le birló el triunfo a Ismael Chaves contra su pupilo Juan Carlos Villarreal.

Ismael -tío del actual campeón mundial Diego Chaves- le había dado una paliza a Villarreal, a tal punto que al escuchar el fallo y la protesta del público, el árbitro Eduardo Barrios –papá de La Hiena, que iba a arbitrar la de fondo-, tiró los guantes y se fue del ring, negándose a trabajar. Luego “rectificaron” el fallo y dieron “empate”.

El mismo empate salomónico que le dieron a Lagartija el viernes contra el juninense, que tan visitante era, que hasta en la transmisión se hablaba siempre de Días, cuando el conocido era Bonanni.

Similar pasó el sábado con Chapita en Córdoba. La campeona mundial interina supermosca en receso AMB perdió claramente ante una bonaerense de 3-9-1, pero la premiaron con un piadoso empate, mientras Falucho Laciar –comentarista de la TV, que la vio perder-, desde la transmisión justificó: “al menos no se la dieron perdida a Salles, como suelen hacer con el visitante”. Triste realidad conformarse con un mal menor.

En un mundo donde la tecnología cada vez tiende más a eliminar el error humano, o la trampa, ya sea con el Ojo de Halcón, la fibra óptica, el fotofinish, o la repetición televisiva –que en el boxeo existe, pero para acciones terminales, aunque pocas veces se usa y debiera juzgarla otro árbitro, o el fiscal desde abajo, no el que está en el ring-, el boxeo es de los pocos deportes que aún depende de la honestidad o capacidad de sus oficiales, cada vez más falibles, o más expuestos frente al avance tecnológico, problema que no logra resolverse siquiera en el amateurismo, con ningún sistema de puntuación.

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