Mientras en todos los
deportes la tecnología está eliminando el grado de error, en el boxeo persiste el problema de los fallos localistas, como una
epidemia sin solución.
Los fallos localistas
molestan siempre, pero más aún cuando acontecen dentro del propio país.
Sucedió toda la vida, y
alevosamente, dando origen a frases como “si
ganas por KO te dan empate”, pero al no ser televisados no se enteraba
nadie, y al damnificado, por más que contara sus desdichas, se lo tomaba con
pinzas porque él tampoco era neutral, y comúnmente siente que lo robaron.
Pero la cosa cambia
cuando lo ve todo el país por TV, y peor, cuando hasta se avala sin querer
desde los medios.
Sin tratarse de fallos
escandalosos sucedió dos veces este “finde” en peleas de semifondo, en sendas
veladas televisadas, y conviene no dejar pasar. Fue el viernes por la TV Pública, y el sábado por TyC Sports.
En la primera, con Juan José “Lagartija” Días vs Juan Bonanni,
en José C Paz, y en la segunda, con Carolina “Chapita” Gutiérrez vs Anahí
Salles, en Córdoba. Ambas fueron
empates, cuando debieron ganar los
visitantes (Bonanni y Salles).
En el primer caso, Días es púgil de Alberto Zacarías, organizador de la velada, protestón
consuetudinario de fallos contra sus púgiles, a veces con razón, la mayoría sin.
Pero cuando organiza él, lejos está de dar el ejemplo. Y tiene antecedentes
desde la época en que vivía su padre, el Gran Santos Zacarías, cuando en una pelea amateur de una velada que
organizó Santos en Guernica -donde peleaba de fondo Látigo Coggi-, le birló el triunfo a Ismael Chaves contra su pupilo Juan Carlos Villarreal.
Ismael
-tío del actual campeón mundial Diego
Chaves- le había dado una paliza a Villarreal,
a tal punto que al escuchar el fallo y la protesta del público, el árbitro Eduardo Barrios –papá de La Hiena, que iba a arbitrar la de
fondo-, tiró los guantes y se fue del ring, negándose a trabajar. Luego “rectificaron” el fallo y dieron “empate”.
El mismo empate
salomónico que le dieron a Lagartija el
viernes contra el juninense, que tan visitante era, que hasta en la transmisión
se hablaba siempre de Días, cuando
el conocido era Bonanni.
Similar pasó el sábado
con Chapita en Córdoba. La campeona mundial interina supermosca en
receso AMB perdió claramente ante una bonaerense
de 3-9-1, pero la premiaron con un piadoso empate, mientras Falucho
Laciar –comentarista de la TV, que la vio perder-, desde la transmisión
justificó: “al menos no se la dieron
perdida a Salles, como suelen hacer con el visitante”. Triste realidad
conformarse con un mal menor.
En un mundo donde la
tecnología cada vez tiende más a eliminar el error humano, o la trampa, ya sea
con el Ojo de Halcón, la fibra óptica,
el fotofinish, o la repetición televisiva –que en el boxeo existe, pero
para acciones terminales, aunque pocas veces se usa y debiera juzgarla otro
árbitro, o el fiscal desde abajo, no el que está en el ring-, el boxeo es de
los pocos deportes que aún depende de la honestidad o capacidad de sus
oficiales, cada vez más falibles, o más expuestos frente al avance tecnológico,
problema que no logra resolverse
siquiera en el amateurismo, con ningún sistema de puntuación.
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