Una caravana lo acompañó a su última morada, pero antes pasó por la academia de boxeo y el Club Unión. Tenía 89 años. Referentes de ese deporte lo acompañaron junto a sus familiares y amigos.
Pasadas las 17 del jueves se conoció el deceso de Amílcar Oreste Brusa, un santafesino que será recordado por entrenar y sacarlo campeón a Carlos Monzón, entre otros destacados boxeadores. Estuvo internado varios días en el sanatorio Mayo de la capital santafesina hasta que se conoció su deceso. El pasado domingo 23 de octubre había cumplido 89 años, aunque en su documento nacional de identidad figuraba la fecha 28 de octubre.
Durante todo el día de ayer y hasta que sus restos fueron trasladados hasta el crematorio del Cementerio Municipal, familiares, amigos, pupilos y figuras del boxeo de todos los tiempos pasaron por la sala velatoria ubicada en calle Suipacha al 2.400 para darle el último adiós. Desde allí, a las 15.35, el cortejo fúnebre partió para pasar primero por la academia de boxeo de UPCN, ubicada en 1º de Mayo al 3.100, donde un grupo importante de personas lo esperó para brindarle un fuerte aplauso entre lágrimas y cánticos.
Diez minutos más tarde, la caravana llegó hasta el frente del Club Atlético Unión de Santa Fe donde otro importante grupo de santafesinos se llegó hasta allí para también despedirlo. Los chicos de las distintas categorías de fútbol de la institución se sumaron a ese último adiós.
Finalmente, a las 16.05, el cortejo arribó al crematorio del Cementerio Municipal donde recibió, como solo a los grandes le pasa, una emotiva despedida. No faltó nadie y los más allegados e íntimos, entre lágrimas y un fuerte aplauso, exclamaron un hasta siempre a un gran maestro.
No faltó nadie
El velatorio comenzó pasadas las 10 y desde entonces fueron cientas las personas que pasaron por allí. Rodrigo, uno de sus nietos, se refirió a su abuelo, como “una persona reconocida más por el mundo que en su país”.
“En los últimos años quiso quedarse en Santa Fe y su sueño era fundar lo que fundó. De hecho no quiero que se cierre todo lo que construyó sino que siga adelante para que todos los chicos de Santa Fe tengan la posibilidad de practicar el boxeo, que tengan este deporte a su alcance”, manifestó a los distintos medios de comunicación que cubrieron el velatorio. “Nuestra intención es que continúe su legado, que todos lo podemos aprovechar y que a partir de hoy tome más fuerte para mantener vivo el sueño y todo lo que nos dejó Don Amílcar”, finalizó Rodrigo.
En su despedida final pasaron personas reconocidas del mundo del boxeo y otra ligadas a ese entorno como Silvia y Pelusa Monzón (hija y esposa del ex boxeador Carlos Monzón), Alejandra Locomotora Oliveras, sólo por nombrar algunos; además de sus incondicionales amigos como Jacinto Fernández, Juan Carlos Fernández, Rufino Cabrera, Daniel González, Ceferino Morales, entre otros. También se acercó para despedirlo el ex juez federal Víctor Brusa, primo de don Amílcar.
“El boxeo es mi pasión. Quiero a esta actividad deportiva que ocupa un pedazo muy grande de mi vida. Esta disciplina es la única que puede ofrecer futuro a un chico humilde, pobre, sin estudios, que está fuera del sistema”, solía decir Don Amílcar y eso es lo que le quedó a los que vivieron y acompañaron su larga trayectoria. Ahora, una lágrima rebelde asoma en el rostro de muchos y un nudo oprime con fuerza la garganta de los santafesinos, porque Brusa acaba de convertirse en leyenda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario